Las dos leyes son complementarias, es decir, un mensaje visual debe estar diseñado procurando que la atención sea atraída mediante la ilustración, en el cuadrante superior derecho, pero dirigida hacia el cuadrante superior izquierdo, donde se colocará lo que se quiere recordar.

En ambas la noción de marco corresponde con el estudio de las nociones de campo visual y forma, dentro de la psicología de la percepción. La noción de marco coincide con el de encuadre y se refiere a la situación espacial de la cámara respecto a la escena, así como al tiempo de exposición, y sólo en su interior se pueden realizar los espacios perceptivos. Por desconocimiento u olvido de éstas leyes en la composición de los mensajes, se ocasiona que el público pase por desapercibido la información al mirar fuera de la superficie.
La cámara hace mucho más que colocar un simple “marco” a las imágenes: modifica sustancialmente lo que registra –fotografía, filma, digitaliza, transmite o graba– según sea el caso.
Esto se debe a que el encuadre aísla totalmente a los sujetos.
El espectador no puede ver más allá de lo que capta la cámara, además, las imágenes resultantes son planas pues carecen de profundidad. Para lograr un efecto semi-tridimensional es necesario ordenar los elementos en distintas zonas del espacio. Se puede crear la sensación de una simulación de tercera dimensión mediante el uso de la profundidad de campo y la iluminación adecuada.
La composición audiovisual no consiste tan sólo en construir las imágenes y sonidos de forma que resulten armoniosos y atrayentes, es algo más complejo: pretende encuadrar las imágenes y recrear los sonidos que le acompañan de forma que el espectador se sienta atraído hacia ciertas facetas predeterminadas.
Por medio de la composición el autor pretende transmitir y crear estados de ánimo en los receptores –alegría, tensión, serenidad, dramatismo– y enriquecer de esta forma el sentido estético y narrativo de la información.
En el arte de la composición audiovisual encontramos a sus elementos agrupados en una gran variedad de colores, formas y posiciones. Todos ellos se refieren al concepto de diversidad. El segundo concepto que los aglutina es el de unidad, es decir, el orden en que estos elementos aparecen dispuestos en el encuadre del plano y su respectivo audio. Vayamos por partes, el plano al agruparse con otros planos constituye escenas y éstas a su vez secuencias que, convenientemente entramadas, dan lugar al producto final.

“En la narración audiovisual, el orden de los factores sí alterna el producto”.